William Thompson, junto con su compañero y amigo Kenyon construyeron una caja metálica en la que insertaron una cámara fotográfica. Su objetivo principal era poder tomar fotografías submarinas en Weymouth Bay, Inglaterra. Las exposiciones que tomaron se realizaron en placas de vidrio de 4 por 5 pulgadas; además, el obturador de velocidad se activaba desde la superficie.
Por muy poco elegantes que fueran las imágenes capturadas en blanco y negro en Weymouth Bay, no dejó de ser un hecho sin procedentes, puesto que se había conseguido hacer la primera fotografía acuática sólo 20 años después de la primera fotografía normal, y casi 40 años antes de que se realizara la primera imagen de buceo.
Y es que no fue hasta el año 1893 cuando el científico francés Louis Boutan consiguió tomar la primera fotografía de buceo, gracias a la creación de una pequeña vivienda hermética para una cámara de dimensiones muy reducidas. En este caso, la medida del marco de la primera cámara submarina era de 5 por 7 pulgadas y tenía un tiempo de exposición de 30 minutos (no segundos).4
Boutan se dio cuenta rápidamente de las limitaciones de la fotografía acuática a luz natural, razón por la cual propuso utilizar luz artificial para capturar imágenes submarinas. Por esta razón, pidió asistencia a los laboratorios de Banyuls-sur-Mer, Francia, para desarrollar un tipo de estroboscopio formado por una lámpara de alcohol en un barril lleno de oxígeno, sobre del cual se enviaba un golpe de magnesio para activar el flash. Es por eso que muchos especialistas consideran Boutan el creador del “flash submarino”.
La cámara del francés era un instrumento capaz de soportar la presión cero, que contaba con una vejiga de aire comprimible; esta estructura fue tan importante que actualmente se continúa empleando. Además, es importante mencionar que Louis Boutan también participó en los diseños originales de los primeros equipos de buceo.5
En la década de los 1920, William Harding Longley estaba estudiando peces, y esto causó una intriga en él, ya que decidió fotografiarlos, en su hábitat natural con la toma de imágenes a color. Esto no había sido realizado previamente. El método utilizado por Longley consistía en fotografiar objetos estacionarios como corales, anémonas y abanicos de mar. Aun así, esto requería de una exposición de más de 10 segundos y las imágenes resultaban oscuras. Al no obtener el resultado deseado, Longley optó por utilizar polvo de magnesio, una substancia altamente explosiva, para iluminar con más claridad bajo el agua, y así poder obtener las imágenes con mayor iluminación y color. Una vez reveladas las imágenes, éstas presentaban a los peces de una manera sumamente clara y colorida.6
Las primeras cámaras fotográficas para uso subacuático, y comercializadas para la venta, aparecieron hacia el año 1960. Se trataba de una pequeña cámara, que tenía como nombre Calypso Phot y en cuyo desarrollo y comercialización tuvo una participación imprescindible un hombre cuya vida ha estado siempre relacionada con el mundo submarino, Jacques Yves Cousteau. Era una cámara anfibia de construcción muy resistente, resistente a la inmersión en agua hasta 40 m, de visor independiente no réflex y que producía error de paralaje (i.e.,no se ve exactamente lo que se fotografía). Esto se conseguía gracias a unas juntas tóricas de estanqueidad, que impedían la penetración del agua por las zonas móviles y articuladas del cuerpo de la cámara y de los objetivos. Estas cámaras se mantuvieron a la venta, con distintas versiones modernizadas y bajo el nombre de serie “Nikonos” -que abarcó desde la serie I hasta la V- hasta el año 2002, en que dejó de fabricarse el último modelo de la saga, la Nikonos V.2 Aún actualmente se pueden encontrar estas cámaras en el mercado de segunda mano.
Aunque la Nikonos ha sido el emblema de las cámaras anfibias, no ha sido la única, y otras empresas también han fabricado cámaras de este tipo, como la Motormarine de SEA & SEA, Canon, Minolta entre otras.
Con la aparición de la cámara réflex, se optó por una nueva solución. Construir cajas estancas (mediante juntas tóricas de estanqueidad) para introducir en ellas algunos modelos de cámaras réflex y poner en la superficie de la caja unos mandos que la atravesasen y nos permitiesen accionar los de la propia cámara fotográfica.2 Con esto se conseguían importantes avances en la realización de las fotografías, ya que además de la visión réflex (a través del propio objetivo de la cámara), se podían usar todos los automatismos que poseen estas cámaras y de los que carecían las cámaras anfibias. Esta es la forma en que se han venido realizando la mayoría de las fotografías subacuáticas, y aún se siguen haciendo actualmente, que se pueden ver publicadas en las revistas especializadas en temas submarinos.
Sin embargo, en los últimos años, la popularización de la fotografía digital y el submarinismo ha propiciado la aparición de una enorme cantidad de cámaras fotográficas digitales de formato compacto, para muchas de las cuales se vende como accesorio una pequeña caja estanca que permite su uso bajo el agua hasta las profundidades en que se suele practicar el buceo deportivo. La popularización de este sistema fotográfico nadie la pone en duda, debido en gran parte a las ventajas que presenta sobre la fotografía química. Entre ellas cabe citar:
– Capacidad de tarjeta de memoria frente a los 36 fotogramas;
– Visualización inmediata de la fotografía realizada en la pantalla TFT que poseen estas cámaras;
– Mejor respuestas en condiciones fotográficas de baja luminosidad, algo habitual bajo el agua, lo que permite realizar fotografías sin “flash” o “de ambiente”.